domingo, 24 de noviembre de 2013

Manejo del estrés: En busca del equilibrio entre trabajo y familia

Manejo del estrés: En busca del equilibrio entre trabajo y familia
¿Vivir para trabajar o trabajar para vivir? Muchas personas ven en su carrera un desafío vital para obtener reconocimientos. El trabajo se convierte en una prioridad que compite con la vida familiar. Aprender a equilibrar estos aspectos, y evitar así el estrés, es fundamental si lo que queremos es mejorar nuestra calidad de vida.
Es un hecho. La familia sufre el costo de la sobreexigencia laboral. Según el psicólogo de Red Salud UC, José Pinedo, "para ser reconocido y tener logros profesionales, se necesita un recurso cada vez más escaso: el tiempo. En este escenario, muchas personas concluyen que la única área a la cual se le puede `recortar´ algo de tiempo es a la familia".
Para el especialista, "al disminuir los espacios familiares se produce un balance `disarmónico´ entre la dedicación al trabajo y a los seres queridos. Siempre existe la racionalización, excusa o justificación que dice ‘esto lo hago por ustedes´. Muchas familias preferirían ver disminuidos sus ingresos con tal de que el papá o la mamá estuvieran más tiempo en el hogar".
La importancia de conciliar el área laboral con la familia es clara. La necesidad que tienen los seres humanos de un desarrollo equilibrado entre la productividad, la afectividad y las relaciones de intimidad es fundamental. Una persona sana es aquella que es capaz de conjugar todas las áreas de su vida en una armonía justa para todos. Tarea evidente, aunque nada fácil.

Lograr el balance

Conseguir el equilibrio entre el trabajo y la vida familiar es una tarea esencial. Para empezar, hay que hacer la diferencia entre las personas trabajólicas y las obsesivas-perfeccionistas.
El trabajólico ocupa más tiempo del que necesita en su trabajo, porque no quiere volver a casa y encontrarse con su familia. Utiliza largas horas en tareas "importantes", cuando en realidad son excusas para no llegar a su hogar.
El obsesivo-perfeccionista está centrado -de manera constante- en sus responsabilidades laborales. Su objetivo es lograr resultados que sobrepasen las expectativas de sus pares y superiores. En este desafío ignora los costos que puede tener, porque para él su misión es "muy importante".
-En el caso del trabajólico hay mucho que hacer -explica el doctor Pinedo- partiendo por el duro trabajo de hacerle ver que esto es una enfermedad. Además, hay que lograr que el paciente asuma sus conflictos personales no resueltos, tanto consigo mismo como con su familia. Si se trata de un obsesivo-perfeccionista, lo que hay que hacer es generar conciencia de que la familia merece atención y que debe ser considerada como un trabajo más.

¿Estresado o superado?

Es importante diferenciar estos conceptos. El estrés es un mal que debe ser tratado por psicólogos o psiquiatras. Sus manifestaciones son trastornos a nivel cognitivo (atención, concentración y memoria), y a nivel afectivo (irritabilidad, depresión y angustia). ¿Cuándo se transforma en enfermedad? Cuando los síntomas persisten pese a que la persona ya se ha alejado de la fuente del estrés, que la mayoría de las veces está en el trabajo. Entonces es necesaria la ayuda de un especialista.
Estar superado significa que una persona no tiene las herramientas necesarias para cumplir con los requerimientos demandados. De este modo, cuando se consiguen esos recursos, la persona deja de estar superada.
En este contexto, el principal instrumento para superar el estrés es la administración de los recursos. Asumir las responsabilidades que se pueden cumplir y no sobreexigirse. La clave es entonces, trabajar para vivir. Lograr la armonía en ambos aspectos y no exponerse a altos niveles de estrés.

Para tener en cuenta

Algunos consejos para controlar el estrés y lograr el equilibrio son:
1. Situar dentro del mismo nivel jerárquico a la familia y el trabajo.
2. Tener en cuenta que para trabajar bien se necesita una familia sana y feliz.
3. Recordar a diario que gracias al trabajo se puede otorgar tranquilidad a la familia.

4. Hacer un corte entre el trabajo y la familia antes de llegar a la casa.

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