domingo, 24 de noviembre de 2013

La búsqueda y sus etapas

Es posible realizar la búsqueda de los orígenes a través del Sename a partir de su página web, en la sección adopción y luego orígenes. Los adoptados interesados en conocer sobre sus raíces deben hacer su petición a través de un formulario e ingresar algunos datos. De ser aprobada la solicitud, el Sename envía una carta motivacional en la que el solicitante debe contar por qué quiere buscar a su familia biológica. El Sename entonces inicia la búsqueda a través de distintas instancias dependiendo del caso, que pueden incluir a Fonasa o el Registro Civil, o acudir a las bases de datos del Departamento de Adopción en las unidades regionales, entre otros. Si la búsqueda es exitosa y se encuentra información, ésta es compartida con la persona que la solicita, ofreciéndose de manera más bien general sus antecedentes e historia de adopción. En esta instancia no se entregan datos específicos, como la identidad de los padres biológicos, por ejemplo, porque son confidenciales.
Algunos quedan conformes y resuelven llegar hasta este punto, pero otros deciden continuar. Siendo éste caso, se solicita a los Tribunales de Familia que el Registro Civil preste la información sobre el origen y el proceso de adopción. La información de su carpeta de antecedentes será así un elemento fundamental en la reconstrucción de esa etapa de la historia que, hasta entonces, el o la joven conoce sólo en parte. Ésta le servirá para evaluar si quiere continuar con el proceso y, en el caso de ubicarse a la progenitora y estar ella de acuerdo, podría finalizar en un encuentro. Sin embargo, la obtención de la información contenida en esas carpetas no asegura el resultado esperado, ya que como explica Nancy Rodríguez, “a veces esas carpetas vienen con mucha información; pero otras, pueden venir con prácticamente nada”.
Anteriormente, en las adopciones se daba mucho la entrega directa. “Cuando iban a adoptar, las personas iban al tribunal, declaraban que conocían a la madre, pero finalmente el nombre de la progenitora no aparecía por ninguna parte. Ahora la adopción se habla de manera más abierta. Los informes sociales son más completos, serios, profesionales y la familia adoptiva no hace de esto un secreto, como se hacía antes. Actualmente hay talleres pre y postadoptivos, que son sumamente importantes”, explica Rodríguez. Pero el tiempo que ha pasado para estas transformaciones todavía es poco y aún existen historias que simplemente suenan increíbles. “En los últimos seis meses recibimos dos casos de mujeres que fueron madres a los 16 años y que, al momento del parto, fueron engañadas. Se les dijo que sus guaguas habían nacido muertas, pero ahora se vienen a enterar que no fue así y que esos hijos o hijas las están buscando”.
A su juicio, más allá de la diversidad de historias y las cargas emocionales implicadas, lo que percibe como común denominador para quienes se ven involucrados con este programa, tanto los que fueron adoptados como sus madres biológicas, es el efecto sanador que se produce en ellos una vez que ya se ha cerrado el círculo. “El encuentro con esta parte de la historia de sus orígenes significa el cierre de un ciclo de la vida que es muy sanador. Y para las madres biológicas que son contactadas, me atrevería a decir que lo es incluso aún más”. Esto, porque según explica la profesional, ellas cargan con un sentimiento de culpa muy grande. “Enterarse que las quieren ubicar, darse cuenta que sus hijos biológicos no tienen rabias ni rencores, es muy sanador. Por un lado, ellos se dan cuenta que lo hicieron con el fin de poder darles una vida más normal de lo que ellas les podían dar. Se emocionan mucho, lloran mucho y veo que limpian y sanan, porque han sido años de sufrimiento. Incluso, ha habido casos de arrepentimiento, pero cuando ya es tarde, porque el hijo o hija ya se ha ido en adopción. Y eso es muy fuerte”.
http://revistaadopcionyfamilia.blogspot.com/2013/08/busqueda-de-origenes.html

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