domingo, 24 de noviembre de 2013

Búsqueda de Orígenes

Un proceso sanador


Cuando los hijos adoptivos cumplen 18 años, ya están facultados para iniciar la búsqueda de sus orígenes y sumergirse en un proceso que no sólo les permitiría conocer los antecedentes vinculados al nacimiento y la adopción, sino incluso conocer a su progenitora. Todo esto es posible a través del Programa Búsqueda de Orígenes, del Sename, creado para ayudar en este proceso a todas aquellas personas que necesitan completar esa parte de su historia que tiene que ver con la primera etapa de su vida.

Los primeros indicios de lo que es el actual Programa Búsqueda de Orígenes del Sename, se remontan a 1995 en Suecia, cuando un grupo de jóvenes nacidos en Chile, y adoptados por suecos, decidió aunar sus esfuerzos con la finalidad de lograr un objetivo común: encontrar sus raíces. Sin embargo, este programa no se estableció formalmente hasta 1999, cuando se creó la Ley de Adopción bajo el alero del Servicio Nacional de Menores, con la finalidad de apoyar a todas aquellas personas adoptadas en este proceso de búsqueda, informando, asistiéndolos y realizando todas las gestiones necesarias orientadas a ubicar a sus familias biológicas.
Con el tiempo su estructura se ha ido modificando, tomando más fuerza a partir del año 2007, aproximadamente. Y en mayo pasado sufrió un giro importante, con la descentralización aplicada a las diez regiones del país más pequeñas y que busca completarse a nivel general, a más tardar, para fines de año. Esto, a excepción de las adopciones internacionales, cuya gestión respecto de la búsqueda de orígenes se mantiene y mantendrá, a través de la oficina central de Sename en Santiago, pero en coordinación con regiones cuando el caso lo requiera.
A pesar de todos estos cambios, la psicóloga Nancy Rodríguez, responsable del Programa Búsqueda de Orígenes de este servicio, reconoce que aún existen áreas en las cuales es necesario avanzar, como son los prejuicios en torno a la adopción y, sobre todo, respecto de las madres biológicas. “Si bien en lo últimos cinco años es posible observar cambios importantes en términos de tratar a la familia biológica con más respeto, aún a las progenitoras, en algunas instancias como los hospitales, a nivel de auxiliares o paramédicos, se les trata muy mal. A pesar que ha habido una labor importante de sensibilización, que ha permitido mostrar algunos progresos”. De la misma manera, sostiene que esta apertura también se está viendo a nivel judicial, durante los procesos que afectan a los niños. “Mi impresión es que se le está dando más importancia a la consideración de la familia de origen como primera opción, cuando se está estudiando el camino de la adopción”.
Sin embargo, no puede dejar de mencionar algunos fantasmas del pasado que aún asoman; tal es el caso de los informes correspondientes a estos procesos de hace dos décadas. “La adopción es un tema que provoca mucho prejuicio y miedo. Pasa por principios personales. Y el lenguaje que uno puede observar en estos informes de hace veinte años atrás, es terriblemente descalificador”.

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